Tiempo ya ha pasado desde mis últimas idas a las peluquerías y peluqueros famosos de la avenida Playa Ancha, cuantos no pasaron por ahí a regañadientes y con la compañía de sus padres, generalmente al inicio de las clases donde podíamos dejarnos crecer un poco nuestra melena, ya iniciando las clases se empezaban a llenar nuestras peluquerías de los barrios, y esperábamos el último día para ir al sufrimiento, bueno generalmente nos mandaban acompañados y lo de siempre, “el peluquero decía, como se va a cortar?, pero no tardaba la respuesta a tiempo y lapidaria “regular corto”, el corte de moda o no había otro?, siempre me pregunto lo mismo, cuando empezaba la trasquila y nos empezábamos a mirar en el espejo en frente de nosotros y donde nuestras caras iban cambiando, queriendo sacarnos esas capas y arrancar lejos, para no volver más….pero esto no era nada, el problema y el sufrimiento eran las máquinas manuales que se usaban, lo cual después de unos tirones más o menos, a alguno les hizo salir alguna lágrima, una vez ya terminado el corte venía el recorte por la nuca, con una buena y afilada navaja, luego una pasada de alcohol, el cual nos hacía tiritar, más aún en un día frío de Marzo, y los inolvidables polvos talcos, …..y luego la típica frase del peluquero ……..quién sigue?, una vez saliendo de esta aventura traumática, rápidamente y corriendo nos marchábamos a nuestros hogares, entre bromas de nuestros amigos de barrio, al llegar a nuestros hogares nuestros padres decían ……..que bien te ves…..pareces un caballero……que recuerdos, pero lo que no he podido dejar fuera de mis recuerdos fueron las máquinas antiguas manuales y las tijeras mal afiladas, ……………………que logro fue cuando aparecieron las máquinas eléctricas, sin ningún ruido y ningún tirón, pero para los que pasamos por estas trasquilarías y no se nos olvidarán nunca nuestros cancerberos, mejor dicho nuestros queridos peluqueros, que ya no están y a lo mejor otros seguirán con este oficio.
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