jueves, 31 de mayo de 2012

El Salto del Perro



Historias y cuentos que se van pasando de generación en generación son los que de vez en cuando algún antiguo poblador de esta querido cerro echa afuera, en una oportunidad tuve la suerte de escuchar con paciencia el siguiente relato……..Día de invierno en Playa Ancha, y una niebla que se podía partir con un cuchillo, las calles calladas y una leve garua caía finamente, mojando los adoquines de piedra de las avenidas, …….saliendo de alguna casa donde fue convidado, este señor comenzó su regreso caminando por alguna calle muy conocida del cerro, entre tiritones y el corazón agitado producto de la subida pronunciada, de vez en cuando se calmaba y hacía algunas pequeñas paradas, nadie en los alrededores, la noche se había encargado de acallar a todo el mundo, cuando venía pasando por el frente de un pasaje muy estrecho, pudo ver a lo lejos entre la niebla una forma o tal vez algo que se encontraba ahí, de pronto esta imagen se vino acercando rápidamente hacia él, y de pronto vio que era un enorme perro mucho más grande que él, que corría para atacarlo, en un momento vio que saltó en frente a él, con lo cual ya lo tuvo a menos de un metro, tapándose la cara para impedir este ataque y gritando de terror, ……los segundos pasaron rapidísimos y cuando pensó que el perro ya estaba encima de él, no sintió nada, el perro se había esfumado y nada lo había tocado, en su profundo nerviosismo y no atinando a nada, solo mirar alrededor de él, no había nada ni nadie, del gran perro que se había venido encima no había ningún rastro, todo estaba igual, solo el parado entre la niebla y sus agitados pensamientos. Luego de esto siguió su paso a tranco mucho más rápido para llegar a su hogar a esas altas horas de la madrugada. Muchos años había tenido guardada esa historia y nunca supo a que debió, o si había algo sobrenatural que le había ocurrido,…..al contar esa historia algunos amigos le dieron algunas opiniones, decían que se le había aparecido el diablo, y lo traspasó como si nada, sin darse cuenta, muy por el contrario de alguien que lea este relato que entre otras cosas fue verídico alguien podría emitir su juicio y sacar sus propias conclusiones, el mal en su estado natural, tal vez, ……moraleja de esta historia, cuando camines por calles desconocidas y lugares oscuros de este misterioso cerro a altas horas de la noche acuérdate de esta historia.

martes, 22 de mayo de 2012

Simplemente Don Segundo





Muchos años han pasado desde que mi pensamiento anidó en algún lugar los recuerdos de la juventud, los cuales afloran cuando menos se piensa, …salidas del liceo y a caminar por avenida Playa Ancha entre los desordenes de los compañeros de curso, bromas, empujones y risas a flor, todo para llegar al lugar de “encuentro”, lo asientos de la plazoleta, ….entre visiones de todos los días puedo apreciar las idas de algunas personas subiendo por Avenida Quebrada Verde, otras de compras en alguna botica, las variadas fotografías en blanco y negro en el recordado negocio Lizona, y así de un cuanto hay, todo por dejar pasar las horas inertes y hacerles el quite de llegar a casa, pero siempre me llamó la atención el viejo puesto de diarios, y el antiguo señor que vendía sus diarios, hombre de gran porte, sesentón de cara muy triste y su disminuido caminar, todos los días en su quehacer repetitivo ofreciendo sus ventas, (recuerdo que alguien me dijo que en esa plazoleta hubo una gran casona), el punto de encuentro también lo era ese puesto, donde se podían comprar algunas calugas baratas, y también comprar las láminas de algún nuevo álbum que se encontraba de moda, fue ahí donde también compré muchas figuras que se recortaban que servían para alguna clase de biología o de botánica, las famosas láminas que se cambiaban entre otras cosas para disfrutar los recreos , o el intercambio de algunos repetidos, …..Todo sucedía en esos días donde todo era de un pasar inolvidable, hasta los aromas de los arbolitos del liceo que quedaban impregnado, aún puedo reconocer su aroma. Las gloriosas aventuras de algún espadachín o héroe de moda pasaron de revista en revista, asimismo el recuerdo de los famosos libros de empastes que algún profesor que se me viene a la memoria nos pedía para su clase, tardes de aburrimiento buscando revistas antiguas, generalmente eran empastes de revistas añejas de fútbol. El arte y el oficio de coser a mano cada una de esas revistas con una buena aguja grandota, y además con un buena pita pasada por cera o vela, y un buen pegamento o cola derretida. Los años del encuentro con los detalles podría llamarse, todo era un acontecimiento, un descubrir.
Así hoy al rememorar esos detalles que a más de alguno les hizo caer una lágrima, o encontrar en algún lugar olvidado esa revista que leyó que fue prestada por algún compañero de curso que ya no está. Viejos envoltorios de dulces que fueron el disfrute de tardes o mañanas heladas, nuestros pequeños apegos, que siempre nos acompañaran. Esta narración se la dedico con mucho cariño a Don Segua, que muchos conocieron.

martes, 15 de mayo de 2012

De Mar y Pensamientos



Caminar junto al mar es independientemente del tiempo o la estación del año, toda una experiencia. El caminante que aprendió a disfrutar del sol también se alegra con un rayo apenas tibio en pleno invierno. .. quizas más aún por esa diminuta presencia que nos recuerda un estado de casi extinción pero aun así presente......y tan palpable.
El mar en un día frío de invierno es capaz de convertirse practicamente en un personaje, nos muestra su fuerza, el oleaje se transmuta en esa "voz" que las olas adquieren y se traduce en más de una tormenta o un grito entrañable. Pese a esto, el mar nos hace sentir una sensación apacible. No es necesario escuchar otra cosa cuando el mar ruge en invierno. Solo el oleaje tranquilo y acompasado, hace que se adentre hasta en lo más profundo de nosotros. Una tibieza sobrecogedora que adormece y repara.....

Como un buen amigo el mar nos acompaña y en su inconfundible voz nos hace entrar en un estado especial, somos los confidentes entrañables que van juntos. El escenario perfecto para encontrar las luces y las sombras, las que conocemos y hasta las que nos sorprenden con su inusitada presencia.
A lo lejos, el mar nos entrega siempre un espectáculo que sin gesto alguno puede llevarnos por cualquier sendero del pensamiento. Todo se puede sentir en un simple caminar despreocupado orillando sus conquistas.
Quizas ese tranquilo mecer nos invita a balancear todo y continuar caminando pegados al sendero, rostro al viento, solamente avanzando al ritmo adecuado.
La vuelta al interior de nuestro espíritu nos reconforta cuando nos atrevemos a mirar y escuchar junto al mar, todo en una interlocución simple e incondicional.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Solo un Quijote más




El descubridor sucumbió a las expectativas, solía decir cierto hombre con aires de caballero que se deslizaba en su caminar por las callecitas empedradas, vestía cierta elegancia, un buen traje con corte inglés, y su humita infaltable, camisa blanca deslumbrante y cuellos almidonados. Cada vez que se veía venir todas las gentes del sector lo miraban con cierta atención, y los cuchicheos de las menudas doncellas no se hacían esperar, entre risitas y mofas, donde no faltaba la que le se ponía algo nerviosa y sonrojaba sus mejillas con el paso del señor. Según las lenguas era un hombre de buena alcurnia, que dejó en el olvido alguna familia pudiente de esos años, vivía en alguna pieza de arriendo, donde guardaba sus recuerdos de tiempos de  juventud, sembrado por la pieza fotos añejas de algunas doñas que con el tiempo se habían puesto descoloridas, solo una cama y un ropero y alguna maleta antigua, eran sus bienes, pero el día en la vida de este hombre seguía su curso, con muy buena cortesía saludaba a medio mundo y tocaba el ala de su sombrero al paso de alguna bella hembra que lo hacía sentirse aún más jovial. Los recuerdos sembrados en su cabeza lo mantenían como un roble, erguido y bien dispuesto, sus pensamientos de nostálgicos tiempos rememoraban a cada rato, hombre senil y de buen lenguaje. El paso de los años lo hacían ver como un buen quijote de aquellos, que imaginaban encuentros majestuosos con alguna bella dulcinea, pero como el refrán, el que descubre a veces se lleva alguna sorpresa, en ocasiones la vida jugaba al revés, los encuentros que siempre ideó fueron nefastos y pagó precios muy altos, lo cual desvanecía sus ideales de alguna bella musa por la cual hacía días sus noches. Curiosamente este quijote que aún pasea por alguna calle siempre espera e idea más de la cuenta, la vida en ocasiones lo hizo rendir muchos exámenes y también se vio enfrascado en alguna lidia contra inexistentes molinos, la única diferencia que este señor nunca tuvo un escudero, solo se montó solo en su anticuado corcel y galopó por sendos caminos polvorientos tras sus descubrimientos.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Niño de Cerro

Suaves brisas se dejaban sentir en el cerro, quejumbrosos  vientos que se metían en las frágiles casitas de madera, lugares de aspecto familiar donde todo tenia un pasar a veces lento, el día a día, el bajar por empinadas sendas y en improvisadas escalerillas de madera, lugares donde  a veces los niños se entretenían con simples juegos. El devenir de las horas llega con el suave amanecer somnoliento que hacía despertar una tetera en su ansiado hervir, los simples pensamientos de aquella mocedad tan sencilla no los perturbaban, la transparencia de las cosas cuando se es niño, solo hacen parecer que las cosas no pasan, solo se detienen a diario, el tiempo no parece trascender, las simples aventurillas, el juego de pelota con los amigotes del barrio, las famosas pichangas que nunca se olvidaran, a lo lejos dentro de nuestra entretención los gritos  de las madres que llaman a sus críos para alguna merienda o simplemente alguna necesidad, ….tardes infinitas mezcladas de olores que merodean en nuestras narices, las carreras para ir a la compra diaria en la panadería de bario para obtener los mejores y sabrosas marraquetas calientes a eso de las cuatro de la tarde, reunión obligada de tantas gentes conocidas, pero el día sigue su curso, la onces y la mantequilla esperan, de vuelta otra vez en la calle haciendo de las suyas en alguna plazoleta encumbrados en algún árbol o entre alguna maleza que dejará alguna huella maloliente en nuestras ropas, con el consiguiente reto de nuestras madres, de vuelta en el hogar ya tarde y la reunión obligada de la familia en la mesa de diario, la radio es la entretención del momento, ya pasan por nuestros lados sendas meriendas calientes que se sirven para llenar nuestras vidas, en el recuerdo de platos tan obligados como el rico charquicán que con tanto esmero hacía nuestra madre, y algún rico postre de leche para saciar nuestro paladar, …..la dicha y la felicidad en pleno, se podía sentir, y el cariño en el ambiente, ya prestos para ir a descansar no había otra entretención más que alguna vieja revista de historietas recostado en la suave y caliente almohada, ya arropados listos para viajar en el bus de nuestros sueños que nos levarían otra vez por cientos de correrías que ya se dejaban en el pasado de la noche……..duerme quieto y tranquilo niño del cerro, la sombra de la mano cariñosa de la madre descansa sobre el hogar, la paz reina otra vez. Mañana será simplemente otro quehacer.