miércoles, 26 de septiembre de 2012

La Caja Mágica

 

 
 
Visiones  de décadas pasadas han pasado hoy por mis recuerdos, de la antigua juventud de los playanchinos que se fueron modernizando, aunque siempre fué una nostalgia volver a pensar en como se fueron internando algunos cambios que iban revolucionando nuestras vidas, y recuerdo hoy el gran alboroto que se presentó cuando alguien por ahí tenía en su casa la gran "caja", y digo la gran caja porque produjo todo un revuelo, ya que algunas personas que generalmente eran marinos mercantes podían traer estas modernidades a sus hogares, la famosa televisión recién estaba en pañales en nuestro país y nacia de la manos de algunos protagonistas de alguna universidad de este puerto, la tv, ese aparato que nos producía un éstaxis de emociones y fantaséabamos durantes nuestras conversaciones, además de soñar con valientes seres o protagonistas de algunas queridas series de esos años. Siempre recuerdo la bataola que se armó en casa de un vecino cuando trajo a su casa un aparato de éstos, todos se abarrotaban en las rejas del jardin y trataban de mirar hacia el interior, pero en una de esas ocaciones fuí partícipe como invitado y me vi sentado en el living de esa casa atestada de otros amigotes, con el nerviosismo propio de un chiquillo que no esperaba ver cosa igual, de repente el dueño de casa encendía esa gran caja mágica desde donde aparecían imágenes en blanco y negro o algunos dibujos animados de la época, todo un griterío al interior de la casa, los programas recuerdo terminaban temprano, pero lo más extraño era que en la calle ya no se veían chicos chutendo la pelota de la pichangas diarias, muchos pensaran  ahora que algo que se volvió tan común pudo hacer tanta revolución con los años en nuestra sociedad, pero la nostalgia de volver a ver ese escenario es divertido, las pequeñas cosas que ocurrían eran partiulares, aún veo a la dueña de casa entrando  saliendo de la cocina con platos con té hirviendo, y sirviendo onces a media docena de cabros chicos del barrio que no se iban hasta que se terminaban las emisiones, que alegría la de esos tiempos, ....me pregunto en que pensarán los que estuvieron en esas casa alborotadas, la caja mágica en su esplendor se encendía y hablaba, recuerdos inolvidabes.   

 


lunes, 10 de septiembre de 2012

Letras de Antaño








Polvorientas estanterías que casi se desplomaban, como queriendose arrancar de las pobres vigas y el papel gastado y desteñido por los años, cientos de libros que siempre vi pero nunca los leí, todos en orden religioso, como sintiendo las palabrerías que aventuraba entrar a esa gran habitación, desde niño colgaron en esas dobladas maderas que se habían encorvado con el peso de los libros, amarillentos algunos y otros con una tapas envidiables. Solo el tiempo transcurría en esa habitación, pero asimismo los años también, la espantosa curiosidad que despertaba la niñez al entrar a esa hermosa pieza que alojaba en su interior bellos y grandes sillones con poderosas coderas que casi tocaban el piso, el color granate de la gran alfombra con una mesa de centro de patas de tigre hacían despertar en tumultuosas noches de invierno y apesadumbrado por las pesadillas y los sueños que allí soñaba. Años pasaron y un día me encontré solo en esa habitación, un silencio absoluto reclamaba a sus antiguos habitantes que ya no estaban o habían partido, anochecía y la penumbra y un sigiloso rayo de luz de un farol de calle entraba por sus ventanales, alumbrando discretamente todo las sombras más fantasmagóricas que vi. Al acercarme a uno de los sofás desgastados, la quietud me llamaba a sentarme en ellos, tal vez para encontrarme con el pasado o con algún recuerdo que se viniera a la mente, cuantos mometos vividos ahí, donde me encontraba, distraidamente miraba la estantería de libros que alguna vez fueron leidos en tardes o noches de insomnio o antes de quedarme dormido, solo recuerdos, solo recuerdos deambulaban y el silencio me hacia trizas mi mente, me acerqué a los libros y los toqué, ahí pude sentir la majestuosidad que invadía y se irradiaban en toda su magnitud como si entraran por mis venas produciendo un estado sensacional, libros que me hablaban y algunos que me decían demasiado. El estado era solemne casi inmortalizado por tanto saber que insignificante pasó por años delante de mí, pero la juventud nostálgica me hacía retornar al lugar, donde alguna vez recorrí con miradas vanas o talvez sin interés, pero que ese día me hacía el personaje más importante, libros de todas las épocas, gloriosos vestigos que pasarían mucha más vida que la misma mia, purísima nostalgia. 

domingo, 2 de septiembre de 2012

Remedios Caseros de Vacaciones







Dias de la niñez que se quisieran olvidar, resfriados que se sumían en el gran catarro lloroso, ojeras de tristes noches de insomnio, pesadumbres y cuantas calamidades más, y las famosas viruelas o pestes cristales que hacían difícil el deleitar de nuestra y queridas vacaciones de invierno, ....quién no las tuvo, y ahí las queridas madres como enfermeras de cabecera al alivio del hijo, y que se quedaba aguardando por horas al lado, cabeceando madrugadas. Pero de ahí también el famoso remedio casero, para los bronquios y la tos de perro que no nos dejaba, las famosas friegas con alguna pomada mágica especial y luego unos diarios planchados que casi nos sacaban nuestros últimos pecados de nuestros pechos, así muchos de ellos pasaron en cama sus vacaciones otoñales, en vez de disfrutar de unas merecidas vacaciones jugueteando en la calle o queriendo correr tras una pelota, tristes días y largas tardes acostados con la fiebre que hacía hervir nuestras cabezas. Pero también aparecía en ocasiones el doctor de cabecera que en un dos por tres decía muy ligero de cuerpo, a este niñito hay que inyectarlo, ........inyectarlo palabra terrible que desesperaba y que nos hacía colocarnos bien de inmediato, pero no era tan así, luego de algunas charlas tipo secretas con nuestros padres, aparecía en nuestro hogar este famoso personaje, que empezaba a preparar sus misteriosos brebajes y a mezclar y cortar botellas chicas con algunos polvos y líquidos hasta transformarlos en una buena jeringa jugosa, de ahí los lloriqueos y gritos espantosos, hasta que le instalaban dicho remedio, el cual dicho de paso nos dejaba como nuevo en un día. Días de remedios caseros, gárgaras con miel, con vinagre, con sal y con un cuanto había, de repente funcionaban y solo algunas aspirinas que se compraban en la botica de barrio, boticas que aún existen y todavía son atendidas por las mismas personas de aquellas nostálgicas épocas, que días de olvido diría ahora, ......remedios del ayer, que en muchos hogares sanaron e hicieron recordar cuando nos enfermamos.