jueves, 31 de enero de 2013

Puertas Adentro






En los brazos de una mujer lloraba una cría que no quería dormir, esto podría ser el comienzo de la vida de las sirvientas, empleadas, o asesoras del hogar, como se les llama ahora, bueno eso dista bastante con los años en que vi pasar a muchas abnegadas mujeres que venían de tierras lejanas con la intención de trabajar en una casa particular y hacer de esa familia su entorno de vida, muchas pasaron años juntos a sus patrones que al final eran ya parte de la familia, muchas se destacaban en varios oficios, eran buenas cocineras y buenas para trabajar. Durante años y siendo pequeño muchas no dudaron en dar su amor y arrumacos cuando las crías lo necesitaban, muchas de ellas mujeres fuertes pero con un corazón de oro, simplemente ahora puedo ver esas verdaderas cualidades que poseían, y también otras que trabajaban en otras casonas, muchas venían del Sur del país, y se asentaban por años en una casa. Mujeres divertidas, de piel oscuras y bonachonas, en ocasiones contaban sus penurias, más de alguna fue muy materna,l lo que hacía que cada niño de esa época las tratara incluso como una seudo mamá, ellas siempre estaban levantadas muy temprano   amasando un buen pan, que de la cocina emanaba un rico aroma, siempre recuerdo con nostalgia los dichos y nombres que hasta hoy quedaron fundidos en nuestros nombres o simplemente en diminutivos. Mujer hacendosa, que lejos de sus queridas tierras dejaba todo por hacer de sus vidas un buen pasar, muchas no duraban mucho y se tenían que volver con su maleta de vuelta a sus hogares, pero muchas vieron pasar los años y muchas también escogieron estudiar, ya que en esos tiempos muchas personas quedaban francamente en el analfabetismo. Pienso en ellas con cariño, ya que en muchas oportunidades también taparon algunas mentirillas antes nuestros padres, solo eran cosas pequeñas pero que hacían la diferencia, por lo cual se iba entablando una relación de cariño mutuo. También recuerdo algunas mujeres de esos días que también marcaron nuestras vidas con la entrega de sus buenos consejos y enseñanzas, hoy solo quiero recordarlas con mucho cariño mujeres valientes que partieron y dejaron todo por tener un mejor pasar en sus vidas, los recuerdos aún quedarán en mi mente y en muchos que también tuvieron la oportunidad de conocerlas.

martes, 29 de enero de 2013

Veraniando





Muchas tardes han pasado por esa puerta de madera, cientos de personas ha sido cómplices del pasado y el presente, el cerro de las nostalgias y de las melancolías, los días veraniegos hacen más pausados los ritmos, el descanso familiar se hace notar, los bellos atardeceres se estiran en las horas que pasan tranquilamente, tardes de arreboles, y brisas calientes,.....el cerro cambia, las gentes se aletargan y por horas se ven en alguna feria del barrio comprando sus necesidades, florecen las buenas comidas veraniegas, y frutas exquisitas, se puede ver a muchos comprando los buenos melones y las dulces y jugosas sandías. Días  que se ocupan desde las frescas mañanas ocupadas en arreglar a los más chicos y preparar una merienda, como también un buen paraguas para el sol, y colocarse en camino de bajada hacia la playa o algún lugar de playa carvallo, los niños alegres caminan casi al trote, todo el viaje se ve envuelto de la gran emoción de llegar a la playa y poder disfrutar de ese mar calmo pero frío para el baño. A la vista ya se puede ver el destino, los chicos gritan de emoción, se acerca ya la hora de pisar esa arena y el disfrute está servido, el meticuloso detalle de este viaje hace de esta narración los días en que caminaba y bajábamos también a la playa en grandes grupos y la playa era el encuentro obligado de las vacaciones, todo el mundo se encontraba allí, ......una vez tocando la arena el desenfreno y la alegría, todos corrían a la orilla como si fueran a saltar, pero retrocedían raudos después de congelarse los pies, ........pasaba la mañana entre idas y vueltas a la orilla, el sol ya quemaba, los más grandes conversaban con los amigos o leían añejas revistas, el viento hacía de las suyas volando los paraguas y las toallas, ....días de encuentro y felicidad, playa de Las Torpederas, la única donde se podía encontrar el descanso de los días veraniegos, lejos los gritos de los heladeros vendiendo sus famosos helados York, que aún se venden por ahí, el vendedor de tortillas de rescoldo, y así pasaban una serie de personas que hacían el deleite, muchos chicos corrían llenos de arena mojada hacia sus toallas o tirándose arriba de sus madres pidiendo una merienda de medio día, que además era la más apetecida de todas, salían jugos, algunos duraznos, y huevos duros, ......la infancia de esos días que aún queda en la memoria de muchos y hasta los olores y colores en la retina, muchas miradas que iban de ahí para allá  mirando alguna niña que se ponía roja, o viceversa, ....amores del verano, cuanto se podría escribir y relatar de esos cómodos días donde el apuro también tomaba vacaciones, ....solo recuerdos de un verano más que tal vez usted o yo pasamos en ese lugar.