miércoles, 2 de mayo de 2012

Niño de Cerro

Suaves brisas se dejaban sentir en el cerro, quejumbrosos  vientos que se metían en las frágiles casitas de madera, lugares de aspecto familiar donde todo tenia un pasar a veces lento, el día a día, el bajar por empinadas sendas y en improvisadas escalerillas de madera, lugares donde  a veces los niños se entretenían con simples juegos. El devenir de las horas llega con el suave amanecer somnoliento que hacía despertar una tetera en su ansiado hervir, los simples pensamientos de aquella mocedad tan sencilla no los perturbaban, la transparencia de las cosas cuando se es niño, solo hacen parecer que las cosas no pasan, solo se detienen a diario, el tiempo no parece trascender, las simples aventurillas, el juego de pelota con los amigotes del barrio, las famosas pichangas que nunca se olvidaran, a lo lejos dentro de nuestra entretención los gritos  de las madres que llaman a sus críos para alguna merienda o simplemente alguna necesidad, ….tardes infinitas mezcladas de olores que merodean en nuestras narices, las carreras para ir a la compra diaria en la panadería de bario para obtener los mejores y sabrosas marraquetas calientes a eso de las cuatro de la tarde, reunión obligada de tantas gentes conocidas, pero el día sigue su curso, la onces y la mantequilla esperan, de vuelta otra vez en la calle haciendo de las suyas en alguna plazoleta encumbrados en algún árbol o entre alguna maleza que dejará alguna huella maloliente en nuestras ropas, con el consiguiente reto de nuestras madres, de vuelta en el hogar ya tarde y la reunión obligada de la familia en la mesa de diario, la radio es la entretención del momento, ya pasan por nuestros lados sendas meriendas calientes que se sirven para llenar nuestras vidas, en el recuerdo de platos tan obligados como el rico charquicán que con tanto esmero hacía nuestra madre, y algún rico postre de leche para saciar nuestro paladar, …..la dicha y la felicidad en pleno, se podía sentir, y el cariño en el ambiente, ya prestos para ir a descansar no había otra entretención más que alguna vieja revista de historietas recostado en la suave y caliente almohada, ya arropados listos para viajar en el bus de nuestros sueños que nos levarían otra vez por cientos de correrías que ya se dejaban en el pasado de la noche……..duerme quieto y tranquilo niño del cerro, la sombra de la mano cariñosa de la madre descansa sobre el hogar, la paz reina otra vez. Mañana será simplemente otro quehacer.

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