viernes, 5 de junio de 2009

Malones y Fiestas

De los años pasados y de los de mi niñez recobro desde mi mente antiguos recuerdos de las fiestas familiares y de los malones playanchinos en que participaban solo los mayores y las amistades de los grupos, ………de estas fiestas donde era común los encuentros de los amigos de nuestros padres y de otras parejas con sus esposas, donde no faltaban las ocasiones para celebrar algún cumpleaños o algún santo, lo cual era muy común y tradicional celebrarlos en las casas familiares por esos años, muy en lo profundo recuerdo las fiestas en mi antigua casa de barrio donde entre comidas, diversión y buena música, disfrutaban de éstas conversaciones y bailes, por esos tiempos solo a los ritmos de moda, tales como, el chachacha, el tango, cuecas, merengues y algunos otros sones caribeños o de algunas orquestas famosas y reconocidas como la Huambalí, todo esto hasta altas horas de la madrugada. Esto me trae también los recuerdos de nuestra juventud donde empezamos a disfrutar de los primeros malones, en los cuales cada participante que acudía debía llegar con una colaboración, ya fuese esta una bebida, o donde las niñas generalmente lo hacían con un aporte de algún queque, o algunos sándwiches de pollo o huevo y otros con galletas o algo para el picoteo, pero no faltaba el que a escondidas de los dueños de casa llegaba con una botella de algún licor fuerte que lo traía a escondidas bajo el brazo, por esos días lo mejor y apetecido era una buena botella de ron, lo cual acompañado de una bebida estimulaba la fiesta y la lengua, como las risas y el ambiente, además el infaltable pickup y los discos 45 de moda que debía traerlo siempre el que tenía uno en su casa y lo prestaba para la ocasión, quizás muchos de los que leen estos relatos se acordarán de sus aventuras en alguna casa de familia, donde era común los días sábados por la noche tener una fiestoca, la que se iba organizando durante la semana. Al llegar a la casa donde era la fiesta, la que comenzaba alrededor de las 8 de la tarde todos bien compuestitos, y peinaditos a la gomina y con la mejor de las pintas, y con un buen perfume flaño de esos tiempos, unos hasta de corbata, y sus zapatos bien lustrados, por esos tiempos se estilaba al entrar a la casa saludar amablemente con la mano a los dueños de casa, los que ya se habían esmerado en tener su living impecable para la ocasión y en algunos casos el dueño de casa colocaba para la ocasión en el centro de la mesa un jarrón con un cleri suavecito para los invitados, pero todo no terminaba ahí, el dueño de casa siempre atento y revoloteando, y mirando de vez en cuando daba un paseito por el salón, él cual hasta que terminaba la fiesta no le perdía el ojo a nadie y menos a su hija, la cual quizás era revoloteada por algún galán o pretendiente a escondidas, así también ya iba avanzando la noche, empezaban a colocar discos lentos románticos, y de repente alguien juguetón apagaba la luz, lo cual hacía aparecer como por arte de magia al dueño de casa, el cual componía de inmediato la situación, y entre caras largas se volvía a encender la luz, ……….si, que años, recuerden estos ambientes vividos, muchos durante estas fiestas conocieron a las que son ahora sus esposas, o tuvieron algún encuentro romántico o pololeo estival durante esas fiestas. Días de sana diversión donde las fiestas terminaban a más tardar a las 2 de la madrugada, pero donde hoy quedaran en la memoria de muchos los inolvidables momentos vividos en esa bella y sana época.

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