miércoles, 23 de diciembre de 2009

La Otra Navidad

Me envuelve la multitud que recorre agitada las calles de este puerto, transformada en una gran desesperación masiva en la búsqueda de los regalos navideños, todos los negocios llenos y abarrotados, cientos de almas van y vienen todo el día, navidad angustiosa que hace salir la otra alma que habita en el ser humano, pienso donde habrá quedado el espíritu navideño del realmente dar sin necesariamente ser algo tangible, la bondadosa entrega de unas sencillas palabras, del acoger al interior de la familia en una breve pero cálida noche, una bendita reunión, lejos de desasosiego y el ruido infernal de la locomoción, como se ha transformado este puerto, de la identidad pueblerina ha pasado al ritmo inagotable de los días. Veo y pienso en la cantidad de almas que solo para estas fechas bajan y se descuelgan desde los cerros, navidad serena has quedado en el olvido, la mesa servida sin sus comensales, patética vista de una mágica y deslumbrante noche que hemos oscurecido. Pero en un quieto hogar aún podré ver sencillas personas que se reúnen al son de bellos villancicos y hermosas canciones navideñas, y en una discreta reunión la familia reunida, puedo ver la mesa dispuesta con sencillas meriendas, a la luz de las lucecitas parpadeantes del árbol navideño, niños de caras infantiles juegan tranquilamente con algún juguete esperando sentarse a la mesa, los más grandes entretenidos con alguna buena conversación, por un momento la noche avanza despacio sin apuros, cae el espíritu de la magia de la navidad imperceptible sobre todos, buenas venturanzas sin resquemores, todo flota en un ambiente de paz y serenidad, a lo lejos en los cerros descubro las luces parpadeantes de algunas casas, ……….que lejos está la visión de esta escena ante la de otros hogares donde ni siquiera este espíritu será advertido, ya que será borrado por el fantasma del equívoco y de los valores materiales, que desdicha la de aquellos que ven la noche más hermosa del año con otro pensamiento y valores. Pero ojalá no sea otra noche más, tratemos de encontrar otra vez la sencillez y la nobleza, la dulzura de expresar la felicidad con la mirada despreocupada y con un corazón abierto y desprendido, noche buena te llaman, recae sobre toda esta humanidad.

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