lunes, 12 de noviembre de 2012

Trastiendas del Pasado


Sumidos por el fresco viento de la noche de luna llena vagaban por las callejuelas dos parroquianos sin rumbo, pero con un poco de entono en sus cuerpos, de madrugada solo los ladridos de algunos perros que al sentir los pasos de estos caminantes se hacìan sentir por todos lados, juntos hablaban dentro del lenguaje de amigotes que se los consumia el alcohol. Muy de acuerdo estaban en encontrar a esas horas algún boliche que los albergara, solo un par de almas a merced de las horas y la sedienta sed que aún invadía a esos cuerpos, los pasos los llevaron lejos entre callejones y pequeñas luces de faroles, más de alguno sabía que los pasos los llevarían a alguna trastienda o bar de media pelo, girando en alguna esquina deslumbraban algunas mozas que todavía mantenía la noche, siluetas de doncellas entumecidas que esperaban a algún parroquino en malas condiciones para sacarles algún dinero. Al llegar a ese antro maloliente se acercaron a la puerta y todavía se escapaba el tufo a borracheras, en el bar solo quedaban muy pocos y las mujeres que inmediatamente entraron para acompañarles, muy suspicases envolvieron a cada uno, con la idea que pidieran de beber algún brebaje nauseabuendo que en conchos todavía quedaba, penunmbras y olores se mezclaban en el ambiente, las tímidas miradas desvariadas se dejaban caer en estas mujerzuelas que solo el alcohol hacía que las encontraran como dulces y cariñozas dulcineas, doblado ya uno sobre su regazo fue el primero en salir de ese cuarto que lo llevó a alguna pieza improvisada por latas y cartones y a la tenue vela que iluminaba unas sábanas percudidas de una cama inclinada y retorcida. Que velada le esperaba, el tiempo solo sucumbía dentro de unos de los amigos quién casi sin sentir los manoseos de esta mujer cayó preso el sueño. El cerro tambien proveía de estas lúgubres lugares donde a cada paso iba y venía alguien por alguna caña de vino, para pasar el rato o simplemente alimentar la vista con alguna mujer, .....calles olvidadas que esconden aún esos rincones añosos, que hicieron caer la noche sobre muchos que se deleitaron.

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