jueves, 12 de agosto de 2010

Tan Cerca y Tan Lejos

La distancia del tiempo que ha transcurrido desde la infancia despreocupada a la adultez son espacios totalmente diferentes en el correr de los años, recuerdo ciertamente la niñez en mi querido cerro donde los días domingos íbamos en grupo al teatro, podía ser el Iris o talvez el Odeón, no importaba, pero sagrado era el día Domingo, rápido pasa ese pensamiento por mi mente, quizás de noche no poder dormir e intranquilo por el llegar de el día Lunes, otra vez al colegio y los deberes, el encuentro otra vez con ese entorno de amigos de infancia, volar con la imaginación en un día era como ver un atardecer, hermosos rayos de sol sobre el mar paseando por Carvallo sin preocupaciones, lejos y cerca a la vez pueden ser palabras diferentes, pero ahora están más unidas que nunca, lejos y cerca son solos instantes en que recordamos y pasamos de un estado a otro en milésimas de segundos, que curiosa la vida, en nuestra mocedad hasta podíamos sentir el suave y lento pasar de las horas como si nos acariciaran, pero que distinto es el tempo cuando somos adultos, todo es rápido, las horas vuelan, y los días y meses pasan raudamente, que curioso sabor, de todas formas que belleza el vernos incorporados como el habitante de un cerro donde aún sin conocernos con muchas personas y quizás miles, somos compañeros de un viaje celestial donde todos vamos como pasajeros, pero cerca el poder recordar detalles infinitos que ocurrieron, que a veces me han hecho sonreír caminando en alguna populosa calle, que curiosidad el aventurarse en este camino dispuesto como una mesa para los comensales, donde todo esta preparado y servido. La nostalgia a flor de piel, la puedo sentir y la abrazo como un tesoro que no quiero soltar.

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